¿Cómo puede afectarte la basura electrónica sin control?

En una sociedad que cada vez tiene más concienciación sobre la importancia del medio ambiente, la alimentación saludable y los beneficios de la agricultura ecológica, como la  que da lugar a nuestros Zumos Ecológicos, en esa misma sociedad hay un volumen preocupante de materiales nocivos. En este caso se trata de la basura electrónica, es decir, el conjunto de dispositivos eléctricos o electrónicos que se desechan.

Los datos son elocuentes: cada año se generan en España alrededor de un millón de toneladas de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE). De esa cifra, una notable parte escapa al control de las autoridades y empresas que los gestionan. En concreto, se estima que cerca del 60% de la basura electrónica producida en suelo español termina en lugares desconocidos. Un porcentaje preocupante que convierte a España en uno de los países europeos con más chatarra de tipo electrónico no controlada, tan solo por detrás de Chipre y Rumanía.

Pero, ¿de qué forma podrían a afectar a nuestras vidas? Estos aparatos contienen componentes que pueden llegar a ser dañinos para el medio ambiente y también, cómo no, para nuestra salud. Entre ellos estarían, por ejemplo, el plomo, cadmio, berilio o mercurio.

Más en concreto, como reconocen los expertos, el cromo, que habitualmente se usa para las cubiertas de metal, resulta cancerígeno; el cadmio, que con frecuencia se encuentra en baterías recargables, produce daños en huesos y riñones; mientras que el mercurio, fundamental para el sistema de iluminación de monitores, afecta de forma nociva al sistema nervioso y al cerebro.

 

¿Cómo frenar o actuar contra esta contaminación?

El control de este tipo de residuos electrónicos parece la forma más adecuada de enfrentarse a este problema propio del siglo XXI. Esto pasa por un mayor sistema de registro y la adecuación de lugares donde desechar esta basura, ya que una destacada parte se exporta ilegalmente a países en desarrollo o se elimina en entornos inseguros.

Pero más allá de ese control, el reciclaje de estos desechos se alza como la principal solución para esta situación. Y en este sentido, las Administraciones tienen en su mano el modo de gestión, pero todos nosotros, como consumidores de materiales eléctricos tenemos la posibilidad y la responsabilidad de actuar entregando estos desechos en los ‘puntos limpios’ de nuestras ciudades.

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Muévete en bicicleta y aprovéchate de sus bondades físicas y ambientales

El 19 de abril se celebró el Día Mundial de la Bicicleta, una afición o un medio de transporte que cada día gana más adeptos por las bondades físicas y ambientales que conlleva su práctica. No hace falta ser un profesional para coger las dos ruedas y empezar a disfrutar de este deporte.

Beneficios para la salud

Dedicar unos minutos al día a andar en bicicleta es positivo para las articulaciones de la rodilla, ya que el sillín amortigua el 70-80% del peso del cuerpo; y para combatir el dolor de espalda, ya que ayuda a fortalecer y mantener la columna vertebral protegida de las vibraciones y de los golpes.

Además, se reduce el riesgo de sufrir un infarto, el colesterol negativo y se aumenta la flexibilidad de los vasos sanguíneos. Y si lo que quieres es perder peso, puedes quemar hasta 300 calorías con solo media hora de pedaleo. Por último, fortalece el sistema inmunológico ya que los fagocitos se movilizan al momento para destruir las bacterias.

Beneficios económicos y ambientales de andar en bicicleta

Si vives en ciudad, moverte por esta en bici es más eficaz, limpia y más rápida que ir andando o en coche. Montar en bicicleta conlleva un ahorro en combustible y en el uso del vehículo propio (aparcamiento, mantenimiento…) y en transporte público. Se estima que el coste de andar en bici es de 50 a 100 veces menos que usar el automóvil. Es decir, la bici es una gran aliada para la economía doméstica.

Por supuesto, contribuyes a cuidar el medioambiente. Es un medio de transporte ecológico, silencioso en la ciudad ya que no emite ruido alguno, que ayuda a reducir los niveles de monóxido y dióxido de carbono y de hidrocarburos que contaminan el aire.

El uso de la bicicleta no tiene edad y es ideal para compartir con amigos o en familia. Genera endorfinas, las hormonas de la felicidad, y la sensación de andar en bici es muy placentera y una estupenda manera de disfrutar del paisaje. ¿Qué mejor plan que pasar una tarde o un día que sobre dos ruedas?

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Planta tu propio huerto y conoce su valor terapéutico

La hortoterapia, es decir, la disciplina de cultivar un huerto, es una nueva filosofía que pone en alza el valor terapéutico de la plantas como remedio para mejorar las capacidades físicas, psíquicas, cognitivas y sociales de las personas. Por ello, cada vez proliferan más en residencias de ancianos, hospitales o centros de integración social.

Visto así, es una razón de peso para pensar en plantar un huerto propio. Si es tu caso, o bien si ya eres uno de los urbanitas que se han animado a cultivar un huerto en el balcón o en la azotea de tu vivienda, hemos recopilado los beneficios que conlleva esta práctica y unos consejos para que resulte satisfactoria y gustosa.

Algunos puntos a favor son:

  • El ahorro en el presupuesto de la compra en verduras y hortalizas. Para ello, solo hay que calcular bien las necesidades reales de consumo y plantar lo que se necesite.
  • Un mayor control del proceso de cultivo y, por tanto, de solucionar el problema al momento. Por ejemplo, arrancando las malas hierbas cuando nacen o usando abonos ecológicos cuando sea pertinente.
  • El aumento del consumo de vegetales y, por tanto, de la fibra que contienen, lo que solo trae mejoras para nuestro organismo.
  • Es una manera de reciclar nuestros desperdicios. Es decir, de convertirlos en abonos naturales. Podemos crear compostaje casero doble eco (ecológico y económico), ya que todo huerto necesita su ración de vitaminas y energía.
  • Nos obliga a realizar ejercicio, aunque sea moderado, y a ser más metódicos, ya que las fases de cuidado de las plantas nos ayudarán a establecer rutinas en otros ámbitos.

Además, fomenta el uso de semillas ecológicas y es una manera de reducir la “huella ecológica” ya que evitamos toda la contaminación que se emite durante la recolección de la verdura, su envasado, su transporte a la tienda y la compra hasta casa. En resumen, familiarizarnos con la horticultura ayuda a mejorar nuestras capacidades físicas y mentales, y conlleva una conciencia ambiental, que se traduce en un mayor respeto y cuidado del medioambiente.

¿Cómo planto mi primer huerto?

En primer lugar, hay que elegir el lugar adecuado. Este tiene que tener una incidencia de luz solar mínima de 6 horas. Después, elige unas macetas con agujero, para que salga el agua, y que sean altas, para que las raíces puedan crecer. El tipo de sustrato es muy importante. Hay de diversos tipos, con especificaciones diferentes, y siempre escoge uno que sea esponjoso para que deje pasar el oxígeno y mantenga la humedad. Ahora, puedes elegir plantar la semilla o el brote, la opción más fácil y con la que se verán los resultados más rápido. Y por último, riégalas acorde a sus necesidades.

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Beneficiate del agua de lluvia y ayuda al medioambiente y a tu bolsillo

En estos tiempos, en los que la escasez de agua y las sequías son más acuciantes, una manera sencilla de aliviar esta situación y de colaborar con la mejora del medioambiente es reutilizar el agua de lluvia, un pequeño gesto apto para todo el mundo y que supone un beneficio ecológico y también económico. Si para el consumo humano no es potable, al agua de lluvia se le puede dar múltiples usos domésticos y así ayudar a minimizar el gasto de agua corriente y, por tanto, a preservar las reservas acuíferas.

Actualmente, muchas edificaciones incluyen un sistema subterráneo de recogida de agua, pero, para quienes no lo tengan, se pueden crear sus propias reservas. Las soluciones son muy fáciles: basta con colocar un cubo o un bidón debajo de una canaleta, en el balcón o en el jardín y ya tenemos agua reciclada. Y su uso puede ser muy variado: servirá para regar las plantas, lavar la vajilla o el coche, usarla en el inodoro, lavarse el cabello o bañar a las mascotas, acciones diarias que suponen un gran derroche de agua.

Beneficios de la recogida del agua de lluvia

Los beneficios de la recolección de lluvia son numerosos, tanto si hablamos de cuidar nuestros recursos naturales como de cuidar nuestra economía:

  • Supone el uso de un recurso ecológico y gratuito.
  • Representa el autosuministro de agua de calidad.
  • Permite un ahorro en la factura ya que no se emplea electricidad en su uso para bombearla.
  • Ayuda a aliviar la gran demanda de las redes de suministro público.
  • En las ciudades, ayuda a la recuperación de los acuíferos subterráneos.
  • Y, sobre todo, sensibiliza sobre la protección y el cuidado del medio ambiente.

 

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