Consejos saludables para afrontar el invierno

Hace frío, los músculos se entumecen, la pereza se adueña del espíritu, se han pasado las siempre ‘sociables’ y ‘gastronómicas’ navidades y el cuerpo tiene algún kilillo de más… Es invierno y así será durante los próximos dos meses. Pero eso no quiere decir caer en la dejadez e inactividad física. Precisamente una de las mejores formas de afrontar la actual estación es recurrir a distintas prácticas que cargarán nuestro organismo de energía y le fortalecerán frente a posibles enfermedades (gripes, infecciones, etc.).

 

A continuación repasamos algunos de los hábitos saludables para hacer frente al invierno:

 

  1. Más energía calórica, pero bajo control. Siempre es importante lo que ingiere, pero en invierno, cuando se precisan más calorías para superar mejor el frío, es necesario cuidar qué se come para evitar el aumento excesivo de peso. Una buena práctica para no dejarse llevar por la toma excesiva de calorías es realizar un desayuno especialmente completo. Comenzar el día con energía hace que cuerpo y mente funcionen con vigor. Por ello, la primera comida de la jornada se recomienda que contenga fruta (o zumo), leche, yogurt, cereales…
  2. Las verduras, buenas aliadas. Uno de los aspectos que más incomodan en estas fechas son los posibles resfriados y las verduras ayudan a fortalecernos y con ello luchar contra los catarros y gripes. Entre ellas destacan sobre todo coliflor, acelga, espinaca, judías, así como hortalizas del tipo de la cebolla, puerro, ajo, etc.
  3. Especial atención a la vitamina D. Con menos horas de luz solar (una de las fuentes de vitamina D) el cuerpo suele sufrir la carencia de esta vitamina, necesaria para la absorción del calcio. Por ello, se recomienda tomar algunos de los pocos alimentos que la tienen, como atún, sardinas o salmón, queso, leche, huevos. También es aconsejable tratar de captar diariamente varios minutos de sol, en la medida de lo posible.
  4. Incremento de ingesta de vitaminas A y C. Estas dos vitaminas ayudan a que por un lado la piel sufra menos con el frío y no se reseque ni agriete (la A) y a aumentar las defensas (vitamina C). Para lograrlo las frutas y ciertas hortalizas tienen un papel protagonista: naranja, piña, tomate o zanahoria, son algunas de ellas. Para que puedas tomarlas allí donde estés, una buena posibilidad son los zumos, como los que ofrecemos en Zumos Ecológicos. 
  5. No descuidar el ejercicio físico. A pesar de que el frío y las inclemencias meteorológicas tienden a dificultar la práctica deportiva, es preciso estar activo y mantenerse ágil. Para quienes no sean amigos del frío una buena opción es la natación o actividades de interior como bailes o aeróbic; para los amantes de la naturaleza, caminar o esquiar son prácticas recomendables.
  6. Buenos hábitos de higiene. Una ventilación de los espacios, a pesar de que haga frío, es imprescindible para depurar el ambiente que se respira y con ello posibles gérmenes. También es aconsejable no abusar del calor de la calefacción tanto en el hogar o en el trabajo como en el coche; así se evitan cambios bruscos de temperatura cuando se vuelve a la calle, se esquivan resfriados y la piel sufre menos.
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Mejora la calidad del aire de tu casa con unos sencillos hábitos

La calidad del aire que respiramos es uno de los factores fundamentales que influyen para mantener una salud óptima. Los casos de enfermedad e, incluso, fallecimiento, cada día son más relevantes en las grandes ciudades, en las que el nivel de polución y gases superan con creces lo recomendable por la OMS. Si bien cuidar el aire de las ciudades es complicado a nivel individual, ya que para ver los efectos deberían hacerlo miles de personas, sí que podemos cuidar la atmósfera de nuestra casa.

Hábitos sencillos y efectivos

Unas medidas sencillas pero efectivas, que nos van a permitir respirar más sano dentro de casa. Es una manera de contribuir con el medioambiente sin hacer grandes esfuerzos. Estos hábitos y consejos son:

  • Ventila la casa: un gesto que parece tan obvio es vital. En la época estival es más oportuno y en invierno siempre cuesta más airear la casa. Abrir las ventanas un mínimo de 15 minutos al día para que circule el aire y todos los rincones se aireen resulta clave para mejorar el ambiente. Evita las horas de más tráfico o de más carga de polen.
  • Compra plantas: Las plantas, además de decorar, ayudan a purificar el aire ya que filtran los contaminantes.
  • Utiliza productos ecológicos para limpiar: libres de contaminantes químicos. Utilizar la aspiradora o un trapo húmedo para quitar el polvo; o vinagre para fregar el suelo nos ayudará a reducir este tipo de productos.
  • No fumes: y si lo haces, hazlo fuera de casa. Es bien conocido que los componentes del tabaco (amonio, alquitrán, nicotina, benzopireno, monóxido de carbono y otros productos químicos) son nefastos para la salud y, al encender el cigarro, son lo que estarías respirando dentro de casa.
  • No uses aerosoles: liberan partículas nocivas en tu casa, partículas que acabarás respirando.
  • Cuidado con los tejidos sintéticos: procedentes del petróleo, se encuentran en las cortinas de ducha, las alfombras, las colchas o las sábanas. Por tanto, también sueltan partículas químicas sintéticas que, al respirar, pueden ocasionar problemas respiratorios. También se aconseja tener la casa despejada de estos objetos (alfombras, moquetas, peluches…) ya que acumulan gran cantidad de polvo y ácaros.
  • Controla las humedades: es importante mantener a raya mohos y humedades, muchas veces debidos a una mala ventilación. Se recomienda abrir las ventanas después de la ducha, cuando cocines y cuando friegues.
  • Echa mano de la tecnología: los humidificadores, purificadores o el aire acondicionado con filtros ayudan a depurar el aire; y la ionización reduce la carga electromagnética provocada por los ordenadores o las televisiones.
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