La calidad del aire que respiramos es uno de los factores fundamentales que influyen para mantener una salud óptima. Los casos de enfermedad e, incluso, fallecimiento, cada día son más relevantes en las grandes ciudades, en las que el nivel de polución y gases superan con creces lo recomendable por la OMS. Si bien cuidar el aire de las ciudades es complicado a nivel individual, ya que para ver los efectos deberían hacerlo miles de personas, sí que podemos cuidar la atmósfera de nuestra casa.
Hábitos sencillos y efectivos
Unas medidas sencillas pero efectivas, que nos van a permitir respirar más sano dentro de casa. Es una manera de contribuir con el medioambiente sin hacer grandes esfuerzos. Estos hábitos y consejos son:
- Ventila la casa: un gesto que parece tan obvio es vital. En la época estival es más oportuno y en invierno siempre cuesta más airear la casa. Abrir las ventanas un mínimo de 15 minutos al día para que circule el aire y todos los rincones se aireen resulta clave para mejorar el ambiente. Evita las horas de más tráfico o de más carga de polen.
- Compra plantas: Las plantas, además de decorar, ayudan a purificar el aire ya que filtran los contaminantes.
- Utiliza productos ecológicos para limpiar: libres de contaminantes químicos. Utilizar la aspiradora o un trapo húmedo para quitar el polvo; o vinagre para fregar el suelo nos ayudará a reducir este tipo de productos.
- No fumes: y si lo haces, hazlo fuera de casa. Es bien conocido que los componentes del tabaco (amonio, alquitrán, nicotina, benzopireno, monóxido de carbono y otros productos químicos) son nefastos para la salud y, al encender el cigarro, son lo que estarías respirando dentro de casa.
- No uses aerosoles: liberan partículas nocivas en tu casa, partículas que acabarás respirando.
- Cuidado con los tejidos sintéticos: procedentes del petróleo, se encuentran en las cortinas de ducha, las alfombras, las colchas o las sábanas. Por tanto, también sueltan partículas químicas sintéticas que, al respirar, pueden ocasionar problemas respiratorios. También se aconseja tener la casa despejada de estos objetos (alfombras, moquetas, peluches…) ya que acumulan gran cantidad de polvo y ácaros.
- Controla las humedades: es importante mantener a raya mohos y humedades, muchas veces debidos a una mala ventilación. Se recomienda abrir las ventanas después de la ducha, cuando cocines y cuando friegues.
- Echa mano de la tecnología: los humidificadores, purificadores o el aire acondicionado con filtros ayudan a depurar el aire; y la ionización reduce la carga electromagnética provocada por los ordenadores o las televisiones.