La agricultura de rotación es una técnica tradicional que sirve para conservar los nutrientes y las propiedades de la tierra. Estas se van deteriorando a causa de los cultivos, las plantas o las hortalizas que se han ido plantando en ese terreno a lo largo del tiempo. Como su nombre indica, la agricultura de rotación consiste en alternar la siembra de diferentes cultivos en la misma zona.
Cada clase de cultivo o planta consume un tipo de nutrientes diferentes, por lo tanto, debilita al suelo en dicho nutriente. Esto facilita también que se instalen plagas de un año a otro, ya que se les favorece alimento y un refugio en esos terrenos. Esto ocurre porque la tierra, al desgastarse, pierde la capacidad de combatirlas.
Ventajas de la rotación de cultivos
Con la llegada de los abonos químicos y los tratamientos fitosanitarios, durante unos años quedó en desuso. Pero ahora, con la agricultura ecológica o biológica, que prohíbe el uso de estos productos, ha puesto en valor las ventajas de la rotación de cultivos, que también se puede aplicar a la plantación de un huerto. Por ejemplo, se hace distinción entre las plantas que tienen raíces profundas con otras que las tienen más superficiales o con plantas que necesitan un abonado diferente.
Por tanto, con la cultura de rotación se consiguen varias ventajas para la tierra y la cosecha:
- Mejora las condiciones del suelo.
- Previene enfermedades en los cultivos.
- Favorece la eliminación de insectos dañinos.
- Mejora la generación de nutrientes beneficiosos para ambas.
- Consigue la aparición de insectos que combaten las plagas o de los polinizadores.
Si en nuestro huerto queremos aplicar esta agricultura de rotación, un buen método es planificar los cultivos que se hacen en cada época y en cada bancal del terreno y crear así una agenda huertana. Nunca te equivocarás