Cuando se habla de agricultura ecológica, también conocida como orgánica o biológica, se generaliza y se entiende por aquella que aprovecha los recursos naturales para tratar los cultivos. Por ejemplo, para combatir plagas o aumentar la fertilidad de la tierra, sin necesidad de recurrir a productos químicos de síntesis como plaguicidas o fertilizantes.
Pero dentro de la agricultura ecológica existen diferentes tipos de gestión, que más bien se diferencian por la filosofía que implica que cada uno que por las prácticas empleadas en su desarrollo. Estas son:
Tipos de agricultura ecológica
Se pueden reseñar cuatro tipos principales de agricultura ecológica:
- La biodinámica: la idea fundamental de esta rama se basa en la influencia que ejerce el Cosmos (la Luna, los planetas y las estrellas) sobre los seres vivos, en general, y sobre las plantas, en particular. Se diseña un calendario anual en el que se recogen qué días son favorables para determinadas tareas, según el tipo de planta, basándose en estas influencias. Filosóficamente, dicha agricultura se trata como un todo en el que las energías cósmicas y la energía del ser humano en su interacción con las plantas son primordiales.
- La permacultura: esta corriente se sustenta en la observación de la naturaleza y en la alineación con ella. Con origen en Australia, su planteamiento es un diseño de la finca que facilite el ahorro de trabajo y de energía para intentar ser lo más autosuficiente posible. El terreno debe estar lo más integrado posible en el entorno y en el clima; y en él se deben cultivar las especies adecuadas a esas propuestas. Todo lo que se utilice debe ser reciclado o reutilizado.
- La agroecología: más que una forma de cultivo, es una corriente de vida que integra la agricultura ecológica con el mercado económico. Esta rama defiende unas prácticas culturales ecológicas con un consumo responsable. Por ejemplo, incide en la idea de que no es muy ecológico adquirir un producto orgánico cultivado a cientos de kilómetros cuando se puede comprar al productor de tu zona en un mercado local. Aboga por favorecer la venta directa entre consumidor y productor; y en una política de precios más beneficiosa para éste. Por tanto, elimina al resto de intermediarios que participan en el proceso.
- Agricultura natural: también conocida como método Fukuoka (su propulsor). Su esencia se basa en reproducir las condiciones naturales tan fielmente como sea posible. Es decir, el suelo se enriquece progresivamente y la calidad de los alimentos cultivados aumenta sin esfuerzo añadido. Sus principios de trabajo se fundamentan en: no arar; no usar abonos ni fertilizantes; tampoco hay que eliminar las malas hierbas ni usar pesticidas; no podar; y sembrar mediante bolas de arcilla, las Nendo Dango.